Éxtasis y Angustia

Humberto Lugo-Vicente MD*

 

 

 

No hay mejor momento en la vida de un médico que cuando cura a un paciente, ese paciente lo reconoce, ese paciente te lo agradece. En reverso, no hay peor momento en la vida de un galeno que cuando recibe una reclamación medicolegal de un paciente ya sea por vía extrajudicial o judicial. La angustia se apodera de la vida del médico, el dolor persiste, la cronicidad de los eventos lo acrecienta, y el desenlace final muchas veces se desvanece en una demanda frívola. Pero el daño, el costo, el tiempo, la angustia persisten, muchas veces por toda una vida. 

 

Demandar a un médico es un proceso sencillo y fraguado de mucha ganancia monetaria. La medicina no es perfecta, el medico tampoco, la tecnología falla y los sistemas dejan de funcionar adecuadamente. Todo esto puede pasar cuando un paciente está recibiendo cuidado médico, o muchos años después de recibirlo. Los resultados adversos o raros son muchas veces la causa principal de una reclamación hacia un galeno. Resultados que dependen de anatomía, fisiología, hábitos, síntomas, maquinas, medicamentos, y el factor suerte. 

 

Cuando un médico recibe la noticia de que está siendo objeto de una reclamación medicolegal, es posible que experimente un sentimiento de éxtasis inicial. Este estado de ánimo puede estar motivado por la confianza en las habilidades y conocimientos adquiridos a lo largo de los años de estudio y práctica médica creyendo firmemente que actuó de acuerdo con los estándares profesionales. Esto puede generar un sentimiento de seguridad y alivio inicial. Se cree que el sistema legal y las normas éticas protegerán al médico de acusaciones infundadas y esto lleva a una sensación de éxtasis. La idea de que se llevará a cabo una investigación imparcial y justa puede proporcionar cierto grado de tranquilidad. El médico puede confiar en que los hechos y la evidencia respaldarán su actuación y que la verdad saldrá a la luz.

 

A medida que transcurre el proceso legal desgastador la angustia comienza a surgir. El estrés emocional y psicológico asociado con la situación puede ser abrumador. El médico se enfrenta a la posibilidad de ser juzgado públicamente, con su reputación y carrera profesional en juego. La incertidumbre y el miedo al resultado final pueden afectar profundamente su bienestar emocional. Tener que desembolsar un dinero guardado para su retiro lo destroza poco a poco. Pensar que tiene que seguir trabajando hasta pagar esa deuda lo mantiene en intranquilidad. La carga financiera arremete. Hay que trabajar para que terceros prueben tu inocencia ante el cuidado médico estándar. Los honorarios legales, la posible compensación económica y los costos asociados con la defensa legal pueden tener un impacto significativo en la vida del médico. El medico afectado establece una práctica medica defensiva. Comienza a tomar decisiones basadas en el miedo a la reclamación en lugar del mayor interés del paciente. El apoyo emocional y profesional durante este período puede ser fundamental para que el médico pueda superar la angustia.

 

Una reclamación medicolegal puede generar una amplia gama de emociones en un médico, desde el éxtasis inicial hasta la angustia creciente. Después de ser preso del proceso legal y quedar absuelto, la carga y angustia persisten y vuelve a salir cuando tienes que renovar documentos de la profesión. Pocas veces ocurre retaliación.

 

*El autor es cirujano pediátrico y catedrático del RCM. (787) 340-1868.

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