Por qué las cosas no están donde deben estar?
Recientemente se informó en la
prensa que el Hospital Municipal ha adquirido un sistema de robótica da Vinci
valorado en 2.3 millones de dólares, un activo crucial para el cuidado futuro
de los pacientes quirúrgicos de la capital. Lamentablemente, el hospital carece
de un programa de capacitación en las disciplinas quirúrgicas, pero los pacientes se van a beneficiar de esta alta tecnología.
El sistema da Vinci de robótica consta de brazos que se insertan en el cuerpo del paciente y son controlados desde una consola separada por el cirujano. Este sistema, altamente preciso y capaz de eludir el temblor habitual del cirujano, realiza procedimientos quirúrgicos de manera precisa. Sus beneficios inmediatos son precisión mejorada, visión tridimensional, acceso a áreas difícil del cuerpo, menos pérdida de sangre, menos dolor y tiempo de recuperación, menos riesgo de infección, menor tiempo de hospitalización y la capacidad de realizar procedimientos complejos.
En el campus del centro médico, donde se encuentra el hospital municipal, también se ubican el hospital universitario, el hospital pediátrico, el hospital oncológico y el centro comprensivo de cáncer. Este último ya cuenta con un robot quirúrgico tipo da Vinci, que cumple las necesidades particulares quirúrgicas de los pacientes del Centro Comprensivo de Cáncer.
Todos estos hospitales están vinculados a los programas de residencia de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico. Es esencial que todos los programas de residencia quirúrgica dispongan de un sistema robótico da Vinci para brindar la experiencia quirúrgica necesaria a los residentes, quienes compiten directamente con los residentes de la nación estadounidense. No es sorprendente que los residentes de diversas disciplinas, como cirugía general y pediátrica, urología y ginecología necesiten capacitar a sus estudiantes en la técnica robótica como parte de su experiencia quirúrgica.
El sistema robótico da Vinci no solo implica costos significativos, sino que también requiere un número considerable de casos para justificar su utilización. Al optar por la cirugía robótica, los pacientes deben abonar un deducible adicional para cubrir los costos operativos de este sistema quirúrgico.
Los programas de residencia en cirugía general y pediátrica, urología, y ginecología entre otros necesitan un robot quirúrgico similar al adquirido por el hospital municipal. Este dispositivo es esencial para que nuestros cirujanos en formación tengan la oportunidad de aprender sobre el futuro de la cirugía laparoscópica.
Así pues, nos encontramos con un recurso costoso en una institución no afiliada a algunos de estos programas de residencia. La solución para este dilema de los programas de residencia quirúrgica radica en una de dos opciones: enviar a los residentes a rotar en el hospital municipal o que la Escuela de Medicina adquiera un sistema robótico para su uso académico.
No perdamos de vista que en un futuro cercano, los programas de residencia quirúrgica que no cuenten con un robot quirúrgico no cumplirán con la acreditación de las agencias estadounidenses.
*El autor es cirujano pediátrico y catedrático del RCM. Tel (787) 340-1868.
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