Danza de Determinación
Bajo el sol, una tortuga emergió,
y en su travesía, con una leona tropezó.
La leona, en su hambre y desesperación,
asaltó a la tortuga sin contemplación.
En segundos, la tortuga se acurrucó,
se resguardó en su concha, su refugio.
Persistió la leona, erguida sobre su escudo,
buscando el ángulo perfecto, astuta.
Quería introducir sus dientes afilados,
saciar su apetito salvaje, despiadado.
Intentó por delante, el lugar de la cabeza,
intentó por detrás, el sitio de los pies.
Dos únicos orificios, la coraza permitía,
revelar que la vida en su interior florecía.
Movió la armadura de lado a lado,
tratando de extraer lo que se ocultaba.
En la cubierta de ese plastrón,
huesos y cartílagos se fusionaban.
Mas el blindaje de la tortuga,
era más fuerte que la furia felina,
que luchaba con desespero,
por invadir su santuario.
Pasó mucho tiempo, quizás horas,
la leona, agotada, finalmente desistió.
La tortuga, en su paciencia resistente,
había disuadido la voracidad del depredador.
Porque siempre, una determinación sincera,
alcanzará el éxito, triunfará sin igual.
En el juego eterno de la naturaleza,
la tortuga, con su caparazón, prevalecerá.
--titolugo©mmxxiv
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