Honorarios Justos en un Sistema de Salud Universal con Pagador Único

 


La implementación de un plan de salud universal con un pagador único ha sido un tema recurrente en las discusiones sobre el futuro de la atención médica en la isla. Sin embargo, la preocupación de algunos colegas sobre los honorarios que recibiríamos bajo este esquema es tanto desalentadora como infundada. Es crucial entender que la realidad económica y profesional de nuestra isla no se puede comparar directamente con la de otros países donde el seguro de salud es universal.

 

En primer lugar, la vida en nuestra isla es significativamente más cara que en muchos otros lugares con sistemas de salud universales. Los costos de vida y operación aquí son superiores, lo que hace inviable aplicar los mismos niveles de estipendios que se ven en otras naciones. Por tanto, los honorarios de los médicos en un sistema de pagador único no pueden ser menores a los que actualmente se reciben. Al contrario, deben ser mucho mejores, más altos y escalonados, tomando en cuenta el porcentaje anual de inflación que afecta nuestra economía insular.

 

La profesión médica en la isla es agotadora, con largas horas de trabajo y una presión constante por ofrecer el mejor cuidado posible. Los honorarios bajo un sistema de pagador único no solo deben compensar adecuadamente estas arduas jornadas, sino también servir como un incentivo para que los médicos permanezcan en la isla y continúen practicando su vocación aquí. Si estos honorarios fueran menores que los ofrecidos en los Estados Unidos continentales, estaríamos fomentando un éxodo aún mayor de médicos jóvenes, quienes buscarían mejores oportunidades fuera del país.

 

La eliminación de las aseguradoras de salud de la ecuación matemática del sistema médico tendría un impacto significativo y positivo. Actualmente, estas entidades actúan como intermediarios innecesarios que interfieren en las decisiones médicas, priorizando sus ganancias por encima del bienestar de los pacientes. Sacar a las aseguradoras del proceso garantizaría mejores oportunidades para practicar la medicina tal como la aprendimos, sin la intromisión de terceras partes que buscan economizar a expensas del sufrimiento del enfermo.

 

Además, eliminaríamos los contratos inequitativos que actualmente existen en nuestro sistema. Estos contratos muchas veces benefician a unos pocos mientras perjudican a otros, creando un ambiente de trabajo injusto y divisivo. Un contrato unificado y equitativo para todos los médicos es esencial para garantizar que todos los profesionales de la salud sean tratados con el mismo respeto y consideración.

 

En conclusión, la transición hacia un sistema de salud con un pagador único debe contemplar honorarios justos y competitivos que reflejen la realidad económica de nuestra isla. Los médicos merecen una compensación adecuada que no solo reconozca sus esfuerzos y sacrificios, sino que también incentive la permanencia y el crecimiento de la profesión en la isla. No podemos aceptar nada menos.

 

Mis colegas, si realmente queremos transformar nuestro sistema de salud hacia una nueva dimensión, debemos asegurar que el modelo de pagador único provea lo necesario para la práctica efectiva y ética de la medicina. Por menos de esto, simplemente no vale la pena el cambio. El camino hacia un sistema de salud más justo y eficiente comienza con la garantía de que los médicos sean justamente compensados por su invaluable labor, asegurando así un futuro saludable y próspero para todos.

 

*El autor es cirujano pediátrico y escritor. Tel. (787) 340-1868

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