2024: Una Odisea Literaria

 

2024: Una Odisea Literaria

No fue un año especial. Fue un año que desafió las fronteras del tiempo y la posibilidad, un año espectacular. Como si un relámpago de lucidez hubiera atravesado la oscuridad, me liberé de las cadenas invisibles de la ignorancia, esas que alguna vez pensé eran parte de mi piel. Cada fragmento de palabra dormida, cada idea que había naufragado en mis cuadernos, despertó como aves al amanecer. Desconocía esa vena.

Organicé una fiesta de palabras, un carnaval literario donde los versos danzaban con las historias y los personajes tomaban vida propia. En aquel torbellino creativo, diecinueve libros nacieron bajo mis manos, como si un río infinito de tinta fluyera desde mi alma. Cada uno de ellos encontró una nueva voz en inglés, y uno, como un picaflor travieso que atraviesa continentes, fue traducido al italiano, llevando mi mundo a tierras de sueños antiguos.

Ese año no solo escribí libros; escribí un capítulo de mi propia existencia, donde la magia del lenguaje transformó lo cotidiano en eterno.

Todo comenzó cuando, en una mañana de febrero, me desperté con una jaqueca. El dolor punzante parecía latir al ritmo de las olas del Atlántico, como si el mar mismo intentara comunicarse conmigo. Me senté frente a su inmensidad, sosteniendo una taza de café que emanaba un aroma cálido y terroso, y allí, entre los brillos del agua, emergió el monstruo que cambiaría mi vida: "Aquamistic". No era mi primera novela, pero sí la que rompió con los silencios de mi espíritu.

La anterior, "La Cueva", aún duerme en las sombras. Aquel manuscrito, cargado de mi verdad, expone un sistema quirúrgico medieval que, aunque enterrado en el pasado, aún respira entre líneas. Sus personajes, como pacientes rebeldes, siguen rondando en mi mente, exigiendo su momento, su redención. Pero no es fácil escribir una historia que todos desean leer, pero nadie se atreve a publicar. Mientras tanto, "Aquamistic" encontró el camino a la superficie, una obra que no me exigió valentía, sino devoción por las palabras y el arte de narrar.

En "Aquamistic", aprendí a moldear el lenguaje, a cincelar diálogos que laten con verdad y personajes que respiran, aunque habiten un mundo imposible. En el centro de la isla, oculto bajo capas de misterio y tierra, yace una criatura más inteligente que el humano promedio. Liberado por el furioso abrazo de un tsunami en una víspera de Navidad, este ser prodigioso se enfrenta a la ambición humana, que lo persigue no solo para entenderlo, sino para poseerlo, explotarlo, monetizar su existencia. Pero el monstruo es más sabio que sus cazadores y encuentra refugio en una alianza improbable: la mía. Juntos compartimos música, cada melodía una tregua en un mundo que nos exige demasiado.

"Aquamistic" no es una historia común. Es una oda a los niños y adolescentes con almas sensibles, los que leen con el corazón en la mano y el asombro intacto. Los capítulos se deslizan como olas, entre la ternura de la conexión con lo desconocido y el temor reverente hacia lo que no comprendemos. Fue gracias a esa criatura que aprendí que escribir no es solo plasmar palabras, sino abrir un portal a universos que otros también puedan habitar.

Tras aquella novela, leída por miles en el anonimato digital de las suscripciones de Kindle, vinieron muchas más. Pero "Aquamistic" siempre será mi guía, mi carta de navegación hacia los territorios inexplorados de la imaginación.

Una mañana de marzo me levanté a la una de la tarde, pero no era un despertar cualquiera. Sentía como si hubiera dormido trescientos años, atrapado en un sueño profundo que me había desconectado de mi tiempo y mi cuerpo. El fuego interior me llamaba con una urgencia antigua, como si un eco perdido en el tiempo susurrara mi propósito. Entre destellos de luz y sombras, surgió la visión: un personaje, hibernando por tres siglos, despertaba en un mundo que parecía tejido por manos de dioses tecnológicos.

En este nuevo mundo, el litio corría por las venas de la civilización, alimentando una energía limpia y perpetua. Los edificios levitaban como si desafiaran las leyes de la física, suspendidos en un vaivén constante de armonía entre lo etéreo y lo tangible. La comida era sintética, no por carencia, sino por diseño, un arte de química y sabor que prometía longevidad. Los robots, ahora amos de la transportación, guiaban naves y vehículos con la precisión de un relojero cósmico.

Pero, como siempre, la perfección humana tenía un precio: el tritio, un recurso más valioso que el oro y el petróleo combinados, era la nueva ambición. En la búsqueda por controlar este elemento, surgió un robo que trascendió galaxias, llevando a los protagonistas a una persecución más allá de los límites de un agujero negro. En ese lugar, donde las estrellas se desvanecen y el tiempo se retuerce sobre sí mismo, los malhechores intentaron esconder su botín, pero el universo tenía otros planes.

"El Gran Sueño" es más que un relato de ciencia ficción; es una exploración de lo que significa ser humano en un mundo donde la tecnología redefine la esencia de la vida. A través de este viaje, descubrimos que incluso después de siglos, la avaricia y la redención son fuerzas universales que nos conectan con lo que éramos y lo que podríamos llegar a ser.

A esa fábula del futuro le siguió "Marca de Faraón", un relato donde la arena del tiempo se mezcla con la sangre de una dinastía. En sus páginas, me aventuré a trazar la vida de Smenkhkare, hermano mayor de Tutankamón, ambos hijos del enigmático faraón Akhenatón. Sumergido en los misterios de la Dinastía XVIII, descubrí no solo los ecos de un pasado glorioso, sino las sombras que los envuelven.

La historia comienza con Akhenatón, aquel faraón visionario que rompió las cadenas del politeísmo para erigir un culto monoteísta en torno a Atón, el disco solar. En medio de esta revolución religiosa, nació Smenkhkare, un príncipe cuyo destino estaba marcado por la intriga y la lucha. Su breve reinado, envuelto en la niebla del tiempo, fue un puente entre el idealismo de su padre y la restauración de un Egipto dividido.

Inspirado por el hallazgo de Howard Carter y los textos que devoré con pasión, me sumergí en el enigma de estos faraones, especialmente en la figura de Smenkhkare. ¿Quién fue realmente? ¿Un corregente, un hijo del sol, o una figura manipulada por las fuerzas que lo rodeaban? Los libros de Carter, junto con otros documentos históricos, me ayudaron a entrelazar hechos y ficción, creando un tapiz donde la historia y la imaginación bailan al compás de un destino inexorable.

En "Marca de Faraón", relato cómo la revolución religiosa de Akhenatón moldeó no solo su reinado, sino también el de sus hijos. Smenkhkare, atrapado entre la devoción a Atón y las demandas del clero de Amón, vivió un conflicto que lo definió como un faraón efímero pero inolvidable. En sus manos estuvo el equilibrio de un reino fracturado por la fe y la tradición.

Cada página de este libro es un viaje al corazón del Valle de los Reyes, donde los templos aún susurran historias de gloria y caída. Entre las arenas y el silencio, se alzan las voces de los faraones que moldearon una era. Y ahí, en medio de todo, Smenkhkare camina, su marca de nacimiento brillando como un presagio de lo eterno, un recordatorio de que la sangre siempre llama a la sangre.

No estaba complacido, pero la inconformidad no era más que un susurro del espíritu que me empujaba a más. Había llegado el momento de dirigir mi mirada hacia la crítica social, hacia la isla que me habitaba tanto como yo a ella. Así nació "La Isla del Retiro", una historia que tomó forma entre el calor sofocante de un marzo bíblico y la implacable tenacidad de mi imaginación.

El relato me abrazó desde el primer momento: una pareja de extranjeros, cada uno con sus propios demonios y sueños aplastados por la rutina, se encontraba desenredando un crimen que, aunque ficticio, parecía extraído de los titulares de un pasado reciente. La historia no era solo un ejercicio narrativo; era un espejo torcido que reflejaba las contradicciones de un lugar donde la realidad y el absurdo se entrelazan con una familiaridad desconcertante.

El primer capítulo se convirtió en un desafío personal, un lienzo donde el calor agobiante no era solo una condición climática, sino un personaje más, sofocando tanto a los habitantes como a sus propias ideas. En esas páginas iniciales, sentí por primera vez que las palabras no solo eran herramientas, sino pinceles que trazaban con precisión la imagen de un escritor en ciernes. Mi propia voz literaria se alzó, y con ella, la confianza para explorar los rincones oscuros de mi mente y de la isla.

Los protagonistas, extranjeros atrapados en la maraña de esta tierra peculiar, no eran héroes convencionales. Sus vidas, marcadas por pequeñas derrotas y momentos de frágil esperanza, resonaban con el ritmo lento y cargado de la isla misma. Y el crimen, esa maraña de mentiras y verdades, los llevaba a descubrir no solo los secretos del lugar, sino también los de sí mismos.

El sol abrasador, el tráfico caótico y la apatía de los isleños eran más que telones de fondo; eran hilos que tejían la trama, recordándonos que incluso en lo cotidiano puede haber un toque de magia, un destello de lo eterno. En el corazón de este relato, la pregunta latente era siempre la misma: ¿qué somos, si no el reflejo de lo que nos rodea?

"La Isla del Retiro" me permitió no solo criticar lo que veía, sino también celebrar lo que significaba pertenecer a un lugar lleno de contradicciones. Es un homenaje a la isla y una protesta silenciosa contra sus fallos, un testimonio de que incluso en el calor más sofocante, siempre puede haber un espacio para la reflexión y la esperanza.

Siguió "Voces del Silencio", una novela corta donde me atreví a explorar el espacio entre la vida y la muerte, entre lo tangible y lo etéreo. En su centro está un nonagenario que, tras años de soledad, encuentra compañía en aquello que jamás esperó: los objetos inanimados que lo rodean. Una silla, una lámpara, incluso el ataúd que lo espera, todos le hablan con voces que resuenan en el silencio de su apartamento. Cada uno, con su tono particular, le narra historias de desuso, de tiempos mejores, de resentimientos acumulados por los años de indiferencia.

El primer día que el sofá le pidió un respiro, pensó que era una broma de su mente cansada. Pero pronto, cada rincón de su hogar se llenó de murmullos y reproches, como si las cosas hubieran decidido liberarse de su mutismo ancestral. El ataúd, que descansaba en una esquina del cuarto como un recordatorio del tiempo, fue el más honesto de todos: "Eres el próximo", le dijo con una voz grave y calmada, como quien anuncia un hecho ineludible.

Pero no fue el miedo lo que dominó al anciano, sino una serenidad inesperada. Con cada conversación, comenzó a hacer las paces con los objetos que le habían servido toda una vida. Les agradeció su paciencia, su resistencia, su compañía silenciosa en los días más largos. En el proceso, también hizo las paces consigo mismo, con sus errores y sus ausencias, con las palabras no dichas y los caminos no tomados.

La historia culmina en un acto de trascendencia. Cuando el anciano finalmente se transfiere al más allá, no es con temor ni arrepentimiento, sino con gratitud. Los objetos, testigos mudos durante años y finalmente sus confidentes, lo despiden con sus voces ahora cargadas de un respeto solemne, como si también ellos hubieran aprendido algo de la fragilidad y belleza de la existencia humana.

"Voces del Silencio" es más que una novela sobre el final de la vida. Es un canto a lo cotidiano, a las pequeñas cosas que nos rodean y que, aunque parecen insignificantes, guardan la memoria de nuestros días. Es una invitación a escuchar lo que normalmente ignoramos, a encontrar significado incluso en los rincones más callados de nuestra existencia.

Entonces comenzó la tarea de escribir la biografía personal de Travos, un adolescente que, entre el bullicio de los años 60 y el susurro de un cambio cultural inminente, tuvo un encuentro transformador con la vida y la música. Travos era mucho más que un joven con sueños; era una alma antigua atrapada en un cuerpo que apenas comenzaba a descubrirse.

Todo inició en un verano abrasador, cuando Travos irrumpió en una farmacia con la urgencia de un hombre que enfrentaba su destino. Tenía apenas trece años, pero la determinación en sus ojos parecía pertenecer a alguien mucho mayor. Fue este acto, trivial a los ojos de cualquiera, el que marcó el inicio de su viaje hacia la adultez. Pero ese fue solo el primer acorde de una sinfonía más compleja.

A lo largo de la novela, Travos se convierte en un alquimista de sonidos y palabras. Su vida cotidiana se entrelaza con la música, un refugio donde los ecos del rock, el blues y las baladas románticas crean un paisaje sonoro que guía su crecimiento. Desde las tardes de prácticas en el sótano de su amigo Héctor, hasta las noches de caminatas por la avenida San Patricio, Travos se mueve como una nota musical en busca de su melodía.

Su relación con la música no es meramente pasiva; es activa, visceral. Aprender a tocar la batería, dominar las teclas del piano y ensayar con su banda, The Red Stones, no son solo actividades. Son rituales que reflejan su lucha por encontrar un lugar en un mundo que constantemente cambia. Pero en este viaje, Travos no solo se enfrenta a los desafíos de su época, como la guerra de Vietnam o la presión social; también lidia con el enigma de su propio corazón.

Travos es un joven que descubre la intensidad de la amistad, la profundidad del primer amor y el vértigo de los sueños incumplidos. Es un adolescente que, con su guitarra pintada de colores psicodélicos y su espíritu indomable, se convierte en un símbolo de la contracultura juvenil, un reflejo de una generación que busca su voz en medio del ruido.

"Travos" no es solo una novela sobre un adolescente; es una oda a la música, la rebeldía y el autodescubrimiento. A través de sus páginas, el lector es transportado a un tiempo donde cada canción era un manifiesto y cada acorde, una chispa de revolución interna.

En "Misericordia Letal", el escenario cambia hacia un terreno oscuro y polémico, donde se exploran los límites de la justicia, la ética y el dolor humano. La protagonista es una enfermera cuya aparente dulzura oculta un juicio despiadado sobre la vida y la muerte. Ella decide tomar la justicia en sus propias manos, convencida de que su misión es aliviar el sufrimiento de los recién nacidos más vulnerables, aquellos que, según su criterio, no tienen oportunidad de sobrevivir.

La historia comienza en las frías y silenciosas salas de un hospital neonatal, donde el llanto de los bebés se mezcla con los pitidos de las máquinas que luchan por mantenerlos con vida. La enfermera, movida por una combinación de compasión y desesperación, inicia una serie de actos que ella llama "misericordia", pero que el mundo exterior considerará crímenes atroces. En su mente, no hay maldad, solo un deseo profundo de liberar a esos pequeños de un destino que ella percibe como cruel.

A través de un relato inquietante, el lector es testigo de cómo la enfermera selecciona a sus "pacientes". Cada decisión está impregnada de una lógica que solo ella comprende, un código moral distorsionado que la lleva a justificar lo injustificable. Sin embargo, la calma de su rutina es interrumpida cuando una serie de investigaciones, llevadas a cabo con meticulosa precisión, comienzan a desenmascarar un patrón inquietante de muertes.

La tensión crece cuando los detectives, guiados por pistas minúsculas y contradicciones sutiles en los registros médicos, empiezan a acercarse a la verdad. La narrativa se convierte en un juego de gato y ratón, donde la enfermera lucha por mantener su fachada mientras el peso de sus acciones comienza a derrumbarla desde dentro.

"Misericordia Letal" no es solo una historia de crimen; es un espejo que refleja las complejidades del dolor humano y las decisiones extremas que este puede provocar. ¿Es la enfermera una heroína malinterpretada o una villana peligrosa? ¿Dónde trazamos la línea entre compasión y condena? Estas son las preguntas que resuenan en cada página, dejando al lector con una sensación de inquietud y reflexión que perdura mucho después de cerrar el libro.

En "Pirulo", los primeros años de vida de nuestro protagonista se narran como una sinfonía de aventuras y descubrimientos, donde la curiosidad y la imaginación pintan cada día con colores vibrantes. Desde el momento en que recibe su primera batería musical, el mundo de Pirulo se llena de ritmos y sonidos que reflejan la energía inagotable de su espíritu. Con cada golpe a los tambores, su pequeña alma parece bailar al compás de un universo que le sonríe, brindándole la oportunidad de explorar y soñar.

La historia transcurre en un Puerto Rico que vibra con la cotidianidad de sus calles, en los viajes en guagua atestados de personajes pintorescos y en los patios donde las semillas de los algarrobos se convierten en juguetes y los héroes de los cómics inspiran vuelos imaginarios. Pirulo, con su chispa única, encarna la esencia de una infancia llena de magia y sencillez, donde cada paso es un tamborileo hacia lo desconocido, y cada día es una aventura en su camino a convertirse en quien está destinado a ser.

El relato profundiza en los lazos familiares que moldean a Pirulo, con una joven madre amorosa que, con su ternura y enseñanzas, lo guía en el descubrimiento de los pequeños milagros de la vida. Al mismo tiempo, los paisajes de su hogar, con el imponente algarrobo como testigo silencioso, enmarcan sus juegos y aprendizajes, brindándole un refugio donde su imaginación puede volar libremente.

En este mundo de sonidos y sensaciones, el regalo de su batería musical no solo marca el inicio de su conexión con la música, sino que también simboliza su capacidad de transformar lo ordinario en extraordinario. En el eco de cada golpe, resuena la promesa de un futuro lleno de posibilidades, un futuro donde Pirulo continuará explorando, creando y dejando su huella indeleble en el mundo que lo rodea.

El libro pinta un retrato íntimo y entrañable de estos primeros años, mostrando cómo incluso los momentos más simples, como un silbido en la guagua o el intercambio de unas palabras con un amigo, pueden resonar profundamente en la narrativa de una vida. Con un estilo que mezcla lo poético y lo cotidiano, la obra invita al lector a redescubrir la belleza de la infancia y la importancia de los lazos que nos sostienen.

"Elipsis" ya estaba escrita, pero aún no había salido a la luz. Su tema principal se adentraba en las sombras más oscuras de la humanidad: el tráfico de órganos para trasplantes, oculto en el bajo mundo de las montañas de la isla. En este relato, las colinas verdes y aparentemente pacíficas se convierten en el escenario de una red macabra, donde el silencio de la naturaleza contrasta con el eco de secretos horrendos.

La historia comienza con la desaparición de recién nacidos en comunidades remotas. Pequeños hogares de madera en los barrios más apartados se llenan de un luto inexplicable, mientras las autoridades se enfrentan a pistas dispersas y un patrón inquietante que parece imposible de descifrar. En el centro de esta narrativa está el agente Darío Rivera, un detective rural con instintos afilados y una obsesión por resolver lo irresoluble.

Conforme avanza la trama, Darío descubre que los responsables no son delincuentes comunes, sino expertos quirúrgicos que operan con precisión casi inhumana. Las pistas lo llevan a adentrarse en un submundo donde la medicina se pervierte y los cuerpos son tratados como mercancías. En este inframundo, no solo se trafica con órganos, sino con el tiempo y la esperanza de quienes están dispuestos a pagar cualquier precio por un segundo aliento de vida.

El relato, ambientado en las lluviosas montañas de Utuado y Jayuya, atrapa al lector con su atmósfera opresiva, donde cada sombra parece esconder un susurro y cada camino serpenteante conduce a un nuevo horror. Los personajes no solo enfrentan el mal externo, sino también sus propios demonios internos, obligados a confrontar preguntas difíciles sobre la moralidad, la justicia y el precio de la vida.

"Elipsis" no es simplemente una novela de misterio; es un examen profundo de la ética y la fragilidad humana. Con una narrativa que combina el suspenso con la introspección, la obra desafía al lector a mirar más allá de lo evidente, hacia las grietas de un sistema que, en su búsqueda de salvar vidas, también las destruye. En cada página, la isla misma parece cobrar vida, con sus montañas como testigos silenciosos de los secretos que se ocultan en sus entrañas.

En "Precognición", me convierto en un puente entre lo tangible y lo intangible, narrando la travesía de aquellos que llevamos el misterioso don de prever el futuro inmediato sin poder controlarlo. En el centro de esta historia se encuentra Lucas Presagios, un hombre atrapado entre los ecos del porvenir y la realidad que lo rodea. Desde joven, su vida ha estado marcada por destellos de lo que está por venir, imágenes que aparecen sin previo aviso, dejando una mezcla de claridad y confusión en su mente.

Las visiones de Lucas no son meras intuiciones; son fragmentos vividos, tan vívidos como cualquier recuerdo. Sin embargo, estas premoniciones no llegan como un regalo sino como una carga. Cada una lo lanza a un torbellino emocional, al saber que lo que ve está fuera de su control. El futuro se presenta ante él como un cristal quebrado, con imágenes reflejadas desde ángulos imposibles, y Lucas, incapaz de cambiar lo que sabe que sucederá, carga con el peso de la impotencia.

El relato se desarrolla en un mundo donde las sombras de lo que está por suceder envuelven cada rincón de su existencia. A veces, Lucas se enfrenta a escenas de tragedia, destellos de muerte o catástrofes, mientras otras veces sus visiones le muestran momentos de bondad y redención, como faros en medio de la tormenta. Pero lo constante es la lucha interna de Lucas: el deseo de comprender y, quizás, controlar su don, frente al temor de lo que podría ver si lo explora demasiado.

"Precognición" no es solo una novela sobre lo sobrenatural; es una meditación sobre el tiempo, el destino y la responsabilidad que implica el conocimiento. A través de los ojos de Lucas, el lector se adentra en un laberinto de dilemas éticos y emocionales, donde cada decisión está impregnada de la incertidumbre de lo que podría haber sido y lo que será.

La narrativa fluye como un río turbulento, llevando al lector a través de momentos de desesperación y destellos de esperanza. A medida que Lucas aprende a convivir con su don, se da cuenta de que el futuro no es solo un destino fijo, sino una serie de posibilidades que pueden ser influenciadas por el presente. En este camino, descubre que, aunque no pueda controlar lo que ve, puede decidir cómo actuar frente a ello.

"Precognición" es, en última instancia, una exploración de la fragilidad y fortaleza humanas. Es un recordatorio de que, incluso cuando nos enfrentamos a lo inevitable, nuestras elecciones y nuestra humanidad pueden darle sentido al caos. La historia de Lucas Presagios nos invita a reflexionar sobre la vida misma, sobre cómo enfrentamos lo desconocido y cómo, a pesar de todo, encontramos la manera de seguir adelante.

"Simpronio" es una biografía que sigue los primeros pasos de un adolescente que lleva consigo un fuego interno inagotable, un anhelo por trascender más allá de las limitaciones que la vida le impone. Desde sus primeros días como estudiante de escuela superior, pasando por los desvaríos de su juventud, hasta su entrada en la universidad, este relato captura el espíritu de un joven destinado a convertirse en médico.

La historia comienza con un joven de mente inquieta y curiosa que se enfrenta al caos y las oportunidades que ofrece la vida estudiantil. En su núcleo está su profundo deseo de comprender el mundo a través de la ciencia, el arte, y la humanidad. Simpronio, con una mezcla de ingenuidad y determinación, toma cada desafío como una oportunidad para aprender y crecer, aunque a menudo los caminos parecen torcerse en direcciones inesperadas.

El momento clave en su vida llega cuando, en medio de la algarabía de su graduación de escuela superior, descubre una chispa que lo llevará hacia el sendero de la medicina. Su sueño de niño, inspirado por las palabras de su abuela y una promesa que hizo a sí mismo, comienza a tomar forma. Sin embargo, no es un viaje directo ni sencillo; las incertidumbres de la juventud y las complejidades de la universidad lo envuelven en un torbellino de experiencias.

La narrativa traza los momentos cruciales de Simpronio, desde su primer día de clases en la universidad, donde enfrenta la pérdida y el hallazgo inesperado de su primer automóvil, hasta las noches de estudio con amigos en la oficina de su padre, un refugio lleno de libros y risas. Los desafíos académicos, como las complejas ecuaciones matemáticas del profesor Higginbotham, la física de Alex Bonilla y los conceptos químicos explicados por el peculiar y brillante Manuel Torrens, se entrelazan con reflexiones sobre su identidad y propósito.

Simpronio no solo aprende en el aula; también en las calles y en las experiencias compartidas con sus compañeros de viaje, Brenda y Eduardo, quienes se convierten en sus confidentes y cómplices en el trayecto. Entre las conversaciones, las canciones navideñas y las dudas existenciales, se forjan lazos de amistad que lo ayudan a enfrentar los altibajos de la vida universitaria.

A medida que avanza la historia, el lector observa a Simpronio debatirse entre la ciencia, las matemáticas y la medicina, buscando un equilibrio entre sus pasiones y las expectativas que lo rodean. La figura de su abuela y su promesa de convertirse en médico actúan como una brújula moral y emocional, guiándolo incluso en los momentos de mayor confusión.

"Simpronio" no es solo una biografía; es una exploración de la juventud, la búsqueda del propósito, y el poder transformador del conocimiento y la perseverancia. A través de esta historia, el lector es testigo de cómo un joven con sueños aparentemente imposibles encuentra la manera de enfrentarse a sus miedos y alcanzar su destino.

Con las tres etapas de la vida trazadas –Pirulo, Travos y Simpronio– nació "Travesía del Destino", una trilogía que condensa el viaje esencial del ser humano a través de la inocencia, el despertar y la búsqueda de propósito. Cada capítulo se convierte en un eco de los momentos que nos forman, cada línea un reflejo de las decisiones y los sueños que nos definen.

Pirulo, el niño que pita, es el inicio de esta travesía. Su vida transcurre entre las guaguas atestadas de la isla y las primeras lecciones de la infancia, donde los sonidos del mundo se mezclan con las risas y los tropiezos de sus primeros pasos. A través de sus ojos, se percibe la pureza de un alma joven que explora los misterios de un universo lleno de colores y melodías. Es un relato que celebra la curiosidad y el asombro inherente a los primeros años, recordándonos la magia de las cosas simples.

Luego, en Travos, el foco cambia hacia la intensidad de la adolescencia y los albores de la juventud. Aquí, la música se convierte en lenguaje y refugio, guiando al protagonista por las avenidas de una isla vibrante y caótica. Travos representa el puente entre el niño soñador y el hombre que comienza a entender la complejidad del mundo que lo rodea. Es una historia de descubrimiento y rebelión, donde los acordes de una guitarra y las luces de las ciudades se entrelazan en una sinfonía de posibilidades y desafíos.

Finalmente, en Simpronio, el relato alcanza su clímax en la madurez del joven que decide convertirse en médico. Aquí, la narrativa adquiere una profundidad introspectiva, explorando no solo los sacrificios necesarios para alcanzar un sueño, sino también el impacto de las decisiones que definen nuestra vida. Simpronio es una carta de amor al conocimiento, al esfuerzo y al compromiso con un propósito mayor, una oda a aquellos que dedican su vida a sanar y comprender.

En conjunto, "Travesía del Destino" no es solo la historia de un hombre, sino un retrato universal de las etapas que todos transitamos. Desde la niñez hasta la adultez, la trilogía invita al lector a reflexionar sobre su propio viaje, sobre las lecciones aprendidas y las que aún quedan por descubrir. Cada página es un recordatorio de que el destino no es un lugar fijo, sino un camino construido con cada decisión, cada paso y cada sueño.

Cómo vendía una cantidad ínfima de novelas en papel decidí escribir la de un escritor olvidado”. En "El Escritor Olvidado", plasmo las luchas y reflexiones de un escritor que, como yo, navega por las mareas impredecibles del reconocimiento y el olvido. La historia se centra en Prudencio Sanjurjo, un hombre cuya pasión por la escritura no logra traducirse en ventas ni en lectores. Sus libros, cuidadosamente escritos y llenos de ideas originales, permanecen acumulando polvo en las estanterías, invisibles para un mundo distraído.

Prudencio vive atrapado entre la nostalgia de las glorias literarias que nunca llegaron y la amarga realidad de un mercado que parece indiferente a su obra. La desesperación lo lleva a reflexionar sobre los sacrificios que algunos artistas hacen en busca de reconocimiento, incluso a pactar con fuerzas oscuras para alcanzar la fama. A través de Prudencio, exploro el dilema eterno del escritor: ¿escribir para ser leído, o escribir para el alma?

La narrativa toma un giro inquietante cuando Prudencio, abrumado por la falta de éxito, recibe la visita de un misterioso hombre llamado Thanos Sepúlveda. Este personaje, envuelto en un aura de siniestra calma, le ofrece un trato: fama y reconocimiento a cambio de su alma. La decisión que enfrenta Prudencio se convierte en el núcleo de la novela, planteando preguntas sobre la moralidad, el arte y los límites del deseo humano.

En paralelo, los viajes de Prudencio por diferentes partes del mundo se entrelazan con su búsqueda personal. Las ciudades, los paisajes y las culturas que encuentra en su camino no solo inspiran sus historias, sino que también reflejan su propio estado emocional. Cada lugar representa un capítulo de su vida, un paso más en su travesía hacia la comprensión de lo que significa ser un escritor en un mundo que no siempre valora la creatividad.

"El Escritor Olvidado" es más que una historia sobre la lucha de un hombre por ser reconocido; es una meditación sobre el precio de la ambición, la naturaleza del éxito y la búsqueda de la inmortalidad literaria. A través de sus páginas, invito al lector a cuestionar las nociones convencionales de valor y éxito, ofreciendo una visión honesta y a veces sombría del oficio de escribir.

Llego mi novela preferida: "Providencia", un homenaje vibrante y profundo a la vida de mi abuela y, a través de ella, a los 107 años de historia que comparten su existencia y la de la isla. Desde los montes de Collores hasta los de Santa Olaya, la narrativa es una mezcla de ternura, realidad y el peso de las vicisitudes que moldearon a una mujer santa, una figura emblemática de lucha y resiliencia.

En el relato, Providencia emerge como el corazón palpitante de una familia marcada por los embates de la historia y las exigencias de la vida rural en Puerto Rico. Nacida en el umbral del siglo XX, su infancia transcurre bajo la sombra de huracanes que no solo arrasaron tierras y hogares, sino también el espíritu de quienes vivieron en esa época. Pero Providencia, incluso en su niñez, parecía destinada a resistir y florecer. Desde pequeña, cada paso que daba sobre la tierra árida de Collores era un testimonio de su conexión profunda con la naturaleza y su indomable voluntad.

A medida que la historia avanza, Providencia no solo enfrenta los desafíos de una vida en constante cambio, sino que también se convierte en testigo y protagonista de los grandes eventos que moldearon la isla: la llegada de los estadounidenses, las luchas económicas de las haciendas de cañas, los huracanes, y las migraciones que transformaron el tejido social de Puerto Rico. Su vida está entretejida con los sacrificios y las alegrías que forjaron generaciones, convirtiéndola en un símbolo de las mujeres que cargaron con el peso de sus familias mientras mantenían intacto su espíritu.

La narrativa captura no solo las dificultades de una época, sino también la belleza de una cultura arraigada en la música, la fe y la comunidad. Providencia, con su fe inquebrantable y su capacidad para convertir lo cotidiano en extraordinario, encarna los valores de una generación que enfrentó la adversidad con gracia y fortaleza. Cada página está impregnada de los aromas de la cocina criolla, del sonido del coquí al atardecer, y del susurro del viento entre los montes, creando un retrato vívido y conmovedor de su vida y su entorno.

En su traducción al italiano, "Providencia" trasciende fronteras, llevando la esencia de la isla y de esta mujer extraordinaria a nuevos lectores. En cada idioma, su historia resuena como un recordatorio de que la fuerza y la bondad humanas pueden transformar incluso las circunstancias más difíciles en lecciones de amor y esperanza.

Con las elecciones locales como telón de fondo, nació "Nido de Ratones", una novela que exploró las intrigas y los secretos que se tejen detrás de los bastidores políticos en la isla. La obra, terminada y publicada incluso antes de las elecciones, se convirtió en una suerte de profecía literaria. Inspirado por mi don de premonición, descubrí, en la narrativa, no solo lo que había ocurrido, sino también cómo y por qué sucedería, mucho antes de que los eventos se materializaran en la realidad.

La trama sigue a Simón, un ratón regresado a la isla después de años de autoexilio, solo para encontrar un país fracturado, donde las elecciones no son más que un espectáculo diseñado para encubrir las verdaderas dinámicas del poder. Con su aguda intuición y un pasado cargado de misterios, Simón se convierte en un testigo y un agente de cambio, desentrañando un entramado de corrupción que se extiende desde las oficinas más altas hasta las calles más humildes.

El título, "Nido de Ratones", no solo hace alusión a los roedores que infestan las estructuras físicas de la ciudad, sino también a las figuras humanas que, como ellos, se mueven en las sombras, manipulando sistemas y saqueando recursos. Cada capítulo de la novela se convierte en una ventana a un mundo donde el poder y la ambición corroen los valores y donde la verdad lucha por salir a la luz. Visite la isla de Sicilia para aprender como se desarrolló la Cosa Nostra.

La obra no se limita a ser una crítica política; también es una exploración de la condición humana y de los dilemas éticos que enfrentamos cuando se pone en juego nuestro destino colectivo. Al entrelazar los viajes personales de Simón con los eventos políticos que sacuden a la isla, "Nido de Ratones" pinta un retrato vibrante y, a veces, desolador de una sociedad al borde del cambio.

En sus páginas, los lectores encontrarán reflejadas sus propias frustraciones, esperanzas y temores, mientras la narrativa fluye con la intensidad de un río que arrastra todo a su paso. Publicada con un sentido de urgencia, la novela fue no solo un llamado a la reflexión, sino también un recordatorio de que, incluso en los tiempos más oscuros, las historias tienen el poder de iluminar lo que muchos prefieren ignorar.

"La Sombra del Miedo" nació como un reflejo de las emociones colectivas y el temor paralizante del electorado a elegir un camino diferente, una plataforma política que desafiara lo establecido. Ambientada en un pueblo de sombras donde todos están muertos, la novela mezcla elementos de realismo mágico con un análisis profundo de las fuerzas que moldean la psique colectiva de una sociedad atrapada entre el miedo y el cambio.

El pueblo, conocido simplemente como La Sombra, es un lugar donde el tiempo parece haberse detenido. Sus habitantes, figuras espectrales envueltas en el eco de sus vidas pasadas, deambulan por las calles como si aún tuvieran algo que perder. Pero la verdad es que la muerte no fue el final para ellos, sino el principio de un tormento eterno, un limbo donde el miedo a avanzar los condena a repetir los mismos errores.

En el centro de la trama está Martín, un hombre que aún no ha muerto del todo, atrapado entre la vida y este pueblo sombrío. A través de sus ojos, el lector explora los secretos oscuros de La Sombra, sus alianzas corruptas y las promesas incumplidas que dejaron una estela de sufrimiento. Martín busca respuestas, no solo sobre su lugar en este limbo, sino también sobre el origen del miedo que domina al pueblo.

Las montañas que rodean La Sombra, imponentes y silenciosas, guardan el pasado de sus habitantes. Entre sus grietas, los ecos de decisiones cobardes y traiciones susurran en el viento, recordando que el miedo a lo desconocido puede ser tan letal como la muerte misma. A medida que Martín se adentra en los secretos de La Sombra, descubre que el miedo colectivo que ata a los habitantes no es solo una emoción, sino una fuerza tangible que alimenta al pueblo, manteniéndolo en un ciclo interminable de agonía.

"La Sombra del Miedo" es más que una novela; es un espejo que refleja cómo las sociedades, al aferrarse a lo conocido por miedo al cambio, pueden condenarse a una existencia de estancamiento y desesperación. Con cada página, la obra invita al lector a enfrentarse a sus propios temores y a cuestionar si está dispuesto a avanzar, incluso cuando el futuro es incierto.

"La Raíz Cuadrada de Pi…" es una historia que se origina en la más desgarradora de las tragedias: la pérdida repentina e irreparable. Un conductor ebrio, en un acto de imprudencia y crueldad, arrasa con la vida de la esposa e hija menor del protagonista, dejando tras de sí un abismo de dolor y un hombre roto. Este hombre, que antes de la tragedia era un "chiste ambulante", un ser que flotaba por la vida sin dirección ni propósito, se transforma por completo cuando su mundo se desmorona.

La narrativa nos lleva al interior de la mente del protagonista mientras atraviesa el desierto emocional que le ha dejado esta pérdida. Su vida, antes liviana y sin complicaciones, ahora está teñida de obsesión. Busca desesperadamente justicia, pero no la que ofrecen las leyes: busca venganza. En cada paso, en cada pensamiento, su alma clama por encontrar al responsable, no para entender, sino para aniquilar.

El destino, sin embargo, juega una carta inesperada. Justo cuando el protagonista está al borde de consumar su crimen, descubre que el conductor, consumido por la culpa y el remordimiento, ha tomado su propia vida. Se ha ahorcado en su casa, dejando tras de sí una nota que no busca redención, sino apenas un atisbo de paz.

La historia no termina ahí. La verdadera lucha del protagonista comienza en este momento. Con el objeto de su venganza fuera de su alcance, debe enfrentar las preguntas que ha evitado durante toda su travesía: ¿qué queda cuando el odio ya no tiene un objetivo? ¿Cómo se vive con una pérdida tan grande cuando no hay a quién culpar?

"La Raíz Cuadrada de Pi…" es una exploración de la fragilidad humana, del dolor, la obsesión y la posibilidad de redención. En su título, aparentemente matemático, se oculta una metáfora sobre lo irracional y eterno del sufrimiento y el amor. Al igual que pi, el duelo del protagonista no tiene un fin claro, pero en su búsqueda, encuentra retazos de sentido, pequeñas verdades que le ayudan a seguir adelante.

"Hasta que Arda la Verdad" se adentra en el doloroso y perturbador tema de los feminicidios en la isla, donde cada tragedia es un grito silenciado por el ruido del sistema. En su núcleo está la desgarradora historia de Claudia Ríos, una joven llena de vida que cae víctima de Esteban Vargas, un narcisista cuyo poder y conexiones le permiten salir absuelto de un juicio que traiciona la justicia misma.

La narrativa comienza en un tribunal abarrotado, donde las lágrimas de la familia de Claudia se mezclan con la arrogancia de un hombre que se cree intocable. Vargas, con su compostura estudiada y una sonrisa que nunca alcanza sus ojos, representa todo lo corrupto y quebrado de un sistema que parece diseñado para proteger a los culpables. A su lado, un abogado hábil y calculador manipula las dudas razonables como un maestro del ilusionismo, mientras la fiscal Andrea Morales lucha por mantener la fe en un proceso que ya parece perdido.

El juicio no concluye con justicia terrenal. Vargas es declarado inocente, un veredicto que cae como una losa sobre la familia de Claudia. Pero la verdadera historia comienza cuando el espíritu de Claudia, cargado de un poder sobrenatural, regresa desde el más allá para perseguir a Vargas. No es un acto de venganza, sino un clamor de justicia que trasciende la vida misma. Claudia no permitirá que su verdad sea enterrada junto a su cuerpo.

Las luces que parpadean en la sala del tribunal, los sueños inquietantes que atormentan a Vargas y la inexplicable sensación de una presencia constante a su alrededor, todo apunta a un poder que no puede ser contenido ni explicado. La arrogancia de Vargas comienza a desmoronarse cuando los susurros del espíritu de Claudia lo llevan al borde de la locura. Las sombras de sus crímenes se materializan en cada rincón, hasta que, consumido por el remordimiento y el terror, se entrega a la justicia en un acto de desesperación.

"Hasta que Arda la Verdad" no es solo una historia de redención y justicia post mortem; es una denuncia poderosa contra un sistema que con demasiada frecuencia falla a las mujeres. Con una mezcla de realismo mágico y crítica social, la novela plantea preguntas fundamentales sobre la moralidad, el poder y la necesidad de escuchar las voces de quienes ya no pueden hablar por sí mismas.

En cada página, el lector siente el peso de la lucha de Claudia y de todas las mujeres que han sido silenciadas. La obra no ofrece consuelo fácil, pero sí una promesa: la verdad, aunque enterrada, siempre encontrará la forma de arder, iluminando incluso los rincones más oscuros de la injusticia.


Las Portadas

Para darle un toque artístico único a cada libro, decidí incluir en la portada de la mayoría de ellos una pintura al óleo que había creado previamente. Cada obra, cuidadosamente seleccionada, no solo complementa la narrativa del libro, sino que también actúa como una extensión visual de su esencia. De esta manera, la literatura y la pintura se entrelazan, ofreciendo al lector un vistazo a las emociones y conceptos que impregnan las páginas.

En este diálogo constante entre la literatura y la pintura, he encontrado un medio para expresar las múltiples facetas del artista que llevo dentro. Escribir me permite construir mundos con palabras, mientras que pintar me da la libertad de capturar en imágenes lo que a menudo permanece indefinido en la mente. Juntas, estas disciplinas no solo enriquecen mi obra, sino que también invitan al lector-espectador a una experiencia artística más completa.

Las portadas no son simples adornos; son la primera puerta al universo de cada libro, una invitación a adentrarse en las historias con una perspectiva ya moldeada por el arte. En este cruce de caminos entre la literatura y la pintura al óleo, he encontrado mi voz como artista, permitiendo que ambos mundos se alimenten mutuamente en una simbiosis creativa.

Sobre el Autor

 



Tito Lugo MD©, nacido en 1954 en San Juan, Puerto Rico, es una figura destacada en cirugía pediátrica, conocido por su compromiso con la medicina y la comunidad. Graduado Magna Cum Laude en Ciencias y miembro de Alpha Omega Alpha, completó su especialización en Cirugía General y Pediátrica en la Universidad de Puerto Rico, donde también ha ocupado diversos puestos de liderazgo. Su labor ha mejorado significativamente los servicios médicos en el Hospital Pediátrico Universitario, beneficiando a numerosos niños y familias. Actualmente, practica en su consultorio privado en el Hospital San Jorge y el Hospital Pediátrico Universitario, mientras disfruta de la pintura al óleo y la escritura junto a su familia.

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Gracias, de todo corazón, a todos aquellos que tuvieron la bondad de detenerse un momento a mirar estas letras, de leer un poco, de adquirir un libro. En tiempos virtuales, donde la vorágine de lo efímero parece eclipsar el hábito de la lectura, cada gesto de apoyo significa mucho para el escritor. Es un faro de luz en un mar de antilectura, una confirmación de que las historias aún tienen un lugar en el alma de quienes buscan algo más que lo inmediato.

Cada libro que encuentran y cada palabra que leen son un puente entre mundos: el mío como creador y el suyo como lector. Es una conexión que trasciende pantallas y algoritmos, que me recuerda que la literatura, incluso en estos tiempos inciertos, sigue siendo una forma poderosa de encuentro humano.

Gracias por darle vida a estas páginas con su mirada y su imaginación. Ustedes son el pulso que mantiene viva la escritura


TitoLugoMD©2024

Donde conseguirlas

https://www.amazon.com/author/titolugo.md

https://www.lulu.com/spotlight/titolugomd

https://www.bubok.es/autores/titolugo

https://publishes.bookmundo.com/titolugomd

https://books2read.com/ap/8GjlPp/Tito-Lugo-MD

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